miércoles, 29 de mayo de 2013

Mujeres, damas y señoritas…


Bendita la suerte que posee
Aquella mujer, que casta aún
Consagra sus virtudes como un gran tesoro
Bendita aun, aquella que sin serlo
Aun se valora como mujer que es
Y se cuida y respeta con santísima parsimonia,
Aunque su hombre no sea el primero
Y de la vendida al placer, de esa mujer no hablaré…

Agraciada la dama, que conquista con sus ojos,
Con el brillo radiante de una sonrisa tierna,
Cuya caricia de su mano y suspiro de su aliento
Hacen temblar al más viril hombre
Puesto que esas, que con curvas pronunciadas nacieron
Aquello que sin esfuerzo logran
Sin esfuerzo otras se llevan
Pues no hay valor en lo que tan fácil llega…

Pero no existe más notable señorita
Que aquella, que un corazón masculino marca
A través de tiempo y distancia
Aunque otras mil en su intento se aferraran
Salvo claro, la princesa de todas las doncellas
Y esa es, entre todas, sin dudas, aquella
Quien cogiese un corazón roto y con otro dueño
Lo reparara e hiciera propio…

De los hombres es cosa más sencilla hablar
Está el que nada vale, nada tiene, nada da,
El que juega y se deja jugar
El que aprende, madura y cambia,
El que fue feliz, una vez y nunca más,
El que tiene miedo, inseguro, que vale la pena
Y aquel, que perdido todo, da una oportunidad;
Bendita la suerte que ese posee…

Kevin Heves Maranetto Vranich

29/05/2013