viernes, 9 de agosto de 2013

Redención

Le conocí cuando aún era un niño
Inocente, ingenuo, esperanzado
Le vi crecer, con los días, los meses, los años
Algunas veces amó, otras veces odió
Se cayó, se golpeó, se levantó, siguió
Lo vi hacerse hombre
Lo vi dejar de verme
Y lo vi olvidarse de mi...

Un día me vestí de mujer
Lo crucé en la calle, una vez, dos, tres
Parecía reconocer mis ojos claros
Adivinar el perfume de mi piel
Un día hablamos, como siempre
Pero nunca le dije quién era yo
En el fondo no sé si lo sospechó
Pero creo, creo que no...

Me llevó a su casa, me invitó con su pan,
Me convidó el calor de su fuego,
Me llevo a su cama, se entregó a mí
Lo hizo en cuerpo como antes lo hizo en alma
Durmió con un sueño intranquilo
Sabiendo que se hallaba perdido
Sabiendo que me había encontrado
Sabiendo que no sabía nada...

Al despertar, sonrío con soltura
Pero sus ojos, sus ojos no sonreían
Creo que cuando me fui lo descubrió
Solo entonces supo quién era yo
Me pidió perdón, al orar, esa anoche
Lo escuché, lo perdoné, sabia era la última vez
Como no saberlo, si soy omnipresente
Y Le conocí cuando aún era un niño

Kevin Heves Maranetto Vranich

08/08/2013