Ella
me vio llorar, me vio sufrir,
Me vio
morir, me vio sangrar,
Me vio
rogar, me vio insistir
Me vio
esperar y me vio seguir;
Y
la hice reír, la hice ser feliz,
Le enseñé a vivir, a sus heridas curar,
Le enseñé a vivir, a sus heridas curar,
Con
ternura la consolé y la escuché,
Y siempre
a su lado, nunca le falté…
Hablo
de esa joven que no me tuvo compasión
Que
no le importó lastimar mi corazón,
Que
mi alma se consumiera en la desesperación
Que
la locura echara raíces en mi razón,
Hablo
de aquella dama que amé,
Habló
de ese ser que adoré,
Hablo
de la criatura que en mis manos cuide,
Hablo
de la niña que hice mujer…
Y aún
así me quedan recuerdos apagados,
De
aquellas sonrisas que a tus labios saqué,
De los
besos que de tu boca probé,
Y el
brillo de amor que en tus ojos encontré,
Y en
mi noches de turbado desvelo
Me pregunto
desafiando la hora de los sueños,
Amor
mío, en que fue lo que fallé
Que
si todo te lo di, suficiente no fue…
En otros
momentos te pedí perdón
Aunque
nunca les llegaran a tu corazón,
Ahora
me disculpo conmigo mismo,
Tu ausencia
será siempre mi castigo,
Y aunque
nunca descubra en que me he equivocado,
Trato
de pensar cuanto la hacharé de menos,
A aquella,
que pudiéndolo evitar
Me vio
sufrir, y me vio llorar…
Kevin
Heves Maranetto Vranich
31/10/2011