Una bala a la una de la mañana

Y me resigno que la vida no tiene sentido,
Cierro los ojos pienso en ella por última vez,
El sonido de su vos, la suavidad de su piel,
El aroma de su pelo, el sabor de sus labios,
Recuerdo creer que la he tenido
Cuando en realidad nunca fue mía,
Suspiro y fuera el viento sopla lentamente
Como si llevara mi último mensaje…


Tengo miedo, no conozco la muerte,
Pero se de la vida y su sufrimiento,
Se me débil, incapaz de enfrentarla,
Se me vulnerable por no poder resistirla,
Y mi hombría queda convertida en despojos
Por haber amado y no ser correspondido,
La luna será testigo de mis acciones
Como lo fue de mi amor en otras ocasiones…


Me he vestid para ella con mis mejores ropas,
Me he penado con la mayor elegancia,
Me he aseado y prolijamente perfumado,
Como si en cualquier omento pudiera abrazarla,
Pero no hay una carta de despedida,
No hay una grabación antes de mi partida,
Mí adiós se lo llevara la noche oscura
Y mi vida, la campana que marque la una…


Sé que falta poco, minutos quizás,
No quiero ver cuando llegue el momento,
Junto valor, escucho el segundero
Pero no puedo adivinar la cuenta regresiva
Pero sé que el momento está llegando
Cierro los ojos, y pienso en ella por última vez,
El reloj tañe por fin en la sala y se oye un disparo
Y me resigno que la vida no tiene sentido…


Kevin Heves Maranetto Vranich


04/09/2011