Dos caras

Deberías saberlo princesa

Que como yo amarte nadie podría

Con estas manos tan tibias

Gastaría tu piel hasta la muerte,

Y estos labios míos con sus besos

Robarían cada día el aliento de tu boca

Escucha el susurro de mis amores

Que suspiro por ti a todo momento…

Déjame ser tu amante

Que para ti no halla otros hombres

Déjame todo entregarte

Quiero ser tu sueño y tu sombra,

Apoderarme de tú alma en una noche

Que seas mía toda la vida,

Y clavarme en tu corazón

Hasta el fin mismo de los tiempos…

Y si decides que amarte no puedo

Déjame odiarte al menos

Para soñarte a cada momento,

Y que no puedas abandonar mis recuerdos

Y en mi rencor estará tú nombre

Y si te miro con desdén incomprensible

Querida mía, que a ti no te asombre

Porque antes fui tu amor imposible…

Y cuando el tiempo nos anteponga la distancia

Mirarás atrás con desconsuelo

Yo que te amé, habré emprendido el vuelo

Porque para el amor, solo el odio es consuelo,

Dos caras de una misma moneda

Que pone precio a este sentimiento

Y como yo, odiarte nadie podría

Deberías saberlo princesa…

Kevin Heves Maranetto Vranich

18/07/2012