Eran los primeros
atisbos de la primavera
Con plantas de fértiles
hojas verdes
Un sol brillante
que todo lo ilumina
Y el clásico aroma
a vida en el aire
Y también…
también estaba ella
Con su sonrisa
alegre e indomable
Y su mirada de cómplice
inocencia
De la cual uno no
podía escaparse…
Y por supuesto
estaba yo
Proyecto de
hombre, un niño demasiado maduro
De ojos tristones
que guardan una historia
De hablar fluido
pero inusual,
Manos prestas
para brindar apoyo
De figura
desalineada y cabellos revueltos
Del típico joven
que ha sabido enamorarse
Pero no ha
logrado salir de ello…
Así era yo
mientras terminaba el invierno
En un atardecer quizás
un poco fresco
Cuando ella, con
su gracia, se ha acercado
Y han volado las horas
mientras hablábamos
¿De qué? Poca importancia
tiene
Lo que sí lo ha
significado todo
Ha sido, cuándo
al marcharse
Dejó el sabor de
sus labios en los míos…
¿Cuantos días
pasaron sin verse?
¿Cuántas cosas
pensaron decirse?
Lo cierto es que cuándo
se encontraron
Ella lo notó tan
diferente, tan cambiado
Pues en su pecho murió
un recuerdo
Y en sus ojos
comenzó a brillar la ilusión;
Yo, aún recuerdo cuándo
me enamoré de ti
Eran los primeros
atisbos de la primavera…
Kevin Heves
Maranetto Vranich
29/08/2012