Ella
llegó a su vida
Cuando
a su vida no le quedaba mucho
No
es que estuviera enfermo
Ni
convaleciente ni casi muerto,
Hallábase
vacío por completo
Exhausto
de vivir la vida
Destrozado
por dentro
Abandonado
a su suerte…
Dicho
de un modo más certero
Había
amado con locura divina,
Y
la mujer que tuvo a su lado
Un
día, sin explicación, se marchó,
Le
dejó en los labios un beso
Con
el ácido sabor de la despedida
Y
le regaló una sonrisa
Llena
de fatal compasión…
Pasado
el tiempo necesario
Para
derramar un mar de lágrimas
Y
sufrir sin dormir por las noches
Se
atravesó alguien en su camino
Que
le presento aquella dichosa mujer
Cuyos
labios ya no sonreían
Y
guardaba inquieto dolor en la mirada
Porque
ya no buscaba ser amada…
Se
enredaron el uno en el otro
Sin
quererlo, sin proponerlo
Resistiéndose
incluso en su fuego interno,
Más
el amor al que estaban destinados
No
aceptó un NO como respuesta,
Nunca
olvidaron su primer amor,
Pero
tampoco olvidar podrían
El
día que ella llegó a su vida…
Kevin
Heves Maranetto Vranich
19/01/2016
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