Sé que eres un
ángel del cielo
Y soy indigno de
ser tu dueño
Pero si es algún
pecado amarte
Pecaré con gusto
expreso
Pues la culpa no
es mía, si no del cielo
Por poner un
ángel en esta tierra
Usando de una
mujer su cuerpo
Perfecta,
exquisita y pura…
¿Me llamaras
pecador por enamorarme?
Si está forjada
hasta con mi último deseo,
Sus manos suaves,
sus brazos cálidos,
Y sentimientos
puros en su pecho,
Si estoy prendado
en sus bellos ojos
De un mirar
intenso color castaño,
Y de la delicada
curva de su sonrisa
Que brinda la
tentación de aquellos besos…
Con que gusto
estoy pecando “padre”
Si verla es un
deleite que no merezco,
Soñando recorrer
cada hebra de su largo pelo
Usando como
cepillo mis propios dedos
Imaginando mis
brazos en torno a su cintura
Oprimiéndola en
la calidez de un tierno abrazo
Y murmurarle con
infinita ternura
Con que ansiedad
yo la deseo…
Con gusto me
mudaría eternamente al infierno
Por una vida
mortal a su lado
Por una familia,
por un hogar
Que llenara su
presencia cada mañana,
Tanto así
quisiera hacerla mía
Que hasta mi
propia alma vendería
Porque lo merece,
yo lo sé,
Sé que es un
ángel del cielo…
Kevin Heves
Maranetto Vranich