martes, 14 de junio de 2011

Llamándola a ella por la noche…


Esta noche me ha ganado el desconsuelo
La tristeza venció al fin mis fuerzas,
La realidad eclipsó de una vez mis sueños,
Y mi mundo se reduce al silencio,
¡Sí! tengo lágrimas en los ojos ¿y qué?
¿No puede un hombre llorar cuando esta triste?
Desahogarse solo, porque no tiene con quien,
Y deja sus lágrimas, con tinta escrita…

No fantaseen, no es por ella que lloro,
Esta muerta, y sus recuerdos en mi corazón,
Pero estoy triste, y estoy solo,
No tengo a quien robar un abrazo de consuelo,
Un hombro que sostenga este llanto mío,
Tanto amor guardado, sin dueño ni destino,
¿Yo? Solo uno más, sin amigos,
Y el silencio de la muerte besándome la frente…

Soy muy cobarde para pensar en suicidio,
O quizás aun no enloquecí lo suficiente,
Pero los entiendo, en mi corazón comprendo
Que la pena es muy grande, y es mucho el tormento,
Y la muerte, es una salida tan fácil
Como no tentarte, y desearla siquiera un poco,
Y es cuando reacciono, y me doy cuenta,
Que mi alma esta fría y desierta…

La luz de mis soles se ha apagado,
En mis noches no brillan estrellas,
Solo soy como un niño que está llorando
Porque no aguanta tanto dolor en su pecho,
Ven muerte, búscame cuando duerma
Que no sienta tu frío, y llévame contigo,
Iré a dormir y te esperare, susurrando en el silencio
Porque esta noche me ha ganado el desconsuelo…

14/06/2011

Kevin Heves Maranetto Vranich

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