Debo confesarte algo, amigo mío,
Soy una estrella que se apagó en el firmamento,
Una hoja otoñal llevada por el viento,
Una ola que se ha roto contra la costa,
El casco de un barco que ha encallado,
El sonido de una palabra que se ha silenciado,
El llanto de un niño que se ha dormido,
El valor de una joya que se ha robado…
Soy hombre y estoy llorando,
Préstame tu fuerza tú que eres mi hermano,
Ayúdame a contener este dolor que siento,
Esto que a mi alma hace pedazos,
No me aconsejes que la olvide porque no puedo,
No me pidas que mire lo que ver yo no quiero,
Solo deja que me desahogue en silencio
Como el pobre diablo que me siento…
Ella fue tan ingrata conmigo,
Traicionó mi inocencia y mi confianza,
Que ciego te hace el amor, compañero,
Que las mentiras están en tus ojos y no las ves,
Y sin embargo ahora que las entiendo,
Me desborda esta pena tan grande,
No es sentir amigo mío, que aun la quiero,
Si no que quererla ya no deseo…
Abrásame, que entre hombres no es pecado,
Déjame contigo purgarme por dentro,
Déjame olvidar sus caricias y sus besos,
Con este llanto triste de mi silencio,
Y ahora, que de a poco me e contenido,
Ahora que el dolor de mi pecho ha menguado.
Quisiera decirte que ya no la amo
Pero debo confesarte algo, amigo mío…
Kevin Heves Maranetto Vranich
16/07/2011
Dedicado a mi compañero de trabajo KUKA, un grosso
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