Tenía miedo, temblaba,
Sentía tus labios tibios en los míos,
La frescura de tu ser envolviéndome,
Rodeándome con el calor de tu piel,
Con tu suspirar calmo, tranquilo,
Con los sueños en la caricias de tus manos,
Medios fundidos, medio entregados,
Y el temor, el temor era muy fuerte…
Lo veías en mis ojos como una suplica,
Y la inmensidad de tu boca fue fuego en mi boca,
Hay amor que te quiero tanto,
Que junto a ti me descontrolas,
Y me deleitaba el deseo, el regocijo,
El pecado de un deseo frívolo
Estrechados, dos cuerpos apretados,
Y un corazón palpitando para ambos…
Que deleite, y que terror tu caricia,
Surcando mi piel, mi inocencia, mi vida,
Mi secretos revelados, desnuda,
Entregada a ti, cual brillo de luna,
Hay amor, que este amor me esta quemando,
Mis heridas sangran su deseo a ti,
Y me comprendes, me curas, me sacias,
Y me siento arder, me quemas, me apagas…
Jamás soñé un día así,
Descubrir este fuego durmiendo en mi,
Y me aterro, y me despierto, y te amo,
Y libero en mi, pasión salvaje,
Y me entrego, estoy segura en tus manos,
Me deleito, el placer me adormece
Y solo recuerdo, extasiada feliz,
Que tenía miedo y temblaba…
Kevin Heves Maranetto Vranich
05/03/2009
NOTA: el poema esta escrito desde la perspectiva de una mujer
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